Somos un Pueblo Cristiano |
Apreciamos nuestra herencia wesleyana de santidad y la consideramos la manera de comprender la fe verdadera de acuerdo con la Escritura, la razón, la tradición y la experiencia.
Somos un Pueblo de Santidad |
Dios, quien es santo, nos llama a una vida de santidad.
Creemos que el Espíritu Santo desea efectuar en nosotros una segunda obra de gracia, conocida con varios términos incluyendo “entera santificación” y “bautismo con el Espíritu Santo” —limpiándonos de todo pecado; renovándonos a la imagen de Dios; dándonos el poder para amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos; y produciendo en nosotros el carácter de Cristo.
La santidad en la vida de los creyentes se entiende más claramente como semejanza a Cristo.
Somos un “pueblo enviado” que responde al llamado de Cristo y es capacitado por el Espíritu Santo para ir al mundo, a testificar del señorío de Cristo y participar con Dios en la edificación de la iglesia y la extensión de su reino (2 Corintios 6:1). Nuestra misión
a) principia en la adoración,
b) ministra al mundo en el evangelismo y la compasión,
c) anima a los creyentes a la madurez cristiana a través del discipulado, y
d) prepara a mujeres y hombres para el servicio cristiano a través de la educación cristiana superior.
Creemos que el Espíritu Santo desea efectuar en nosotros una segunda obra de gracia, conocida con varios términos incluyendo “entera santificación” y “bautismo con el Espíritu Santo” —limpiándonos de todo pecado; renovándonos a la imagen de Dios; dándonos el poder para amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos; y produciendo en nosotros el carácter de Cristo.
La santidad en la vida de los creyentes se entiende más claramente como semejanza a Cristo.
Somos un Pueblo Misional |
a) principia en la adoración,
b) ministra al mundo en el evangelismo y la compasión,
c) anima a los creyentes a la madurez cristiana a través del discipulado, y
d) prepara a mujeres y hombres para el servicio cristiano a través de la educación cristiana superior.